Dentro del campus principal de la Universidad de Ohio, que tiene otras cinco sedes locales, se yergue el edificio Wilson Hall, construido en 1965, en honor a Hiram Roy Wilson y que actualmente sirve de residencia para los estudiantes del plantel. En ese inmueble, donde abundan las habitaciones individuales, dobles y triples, existe una habitación que no tiene moradores y que permanece estrictamente cerrada bajo siete llaves desde hace décadas: la habitación 428.